A 190 años de nuestra independencia
¿Qué significa ser libres?
¿Qué libertad buscamos y queremos hoy los argentinos?. ANTIMEDIO del SUR, tiene su propia versión de la independencia que supimos conseguir y de la que deseamos mantener
Cuando en 1816 el Congreso de Tucumán proclamó la independencia, esta ya era una circunstancia irreversible, que los congresales se limitaron a homologar. Estas tierras ya tenían para ese entonces, bandera, himno, moneda y gobierno propio, pero la independencia que se anunciaba era la de una patria libre de toda dominación extranjera.
La palabra fue cambiando de connotación con el transcurso del tiempo. Para Echeverría ser independiente incluía una cultura propia. Para Rosas, la independencia era el ejercicio irrestricto de lo que hoy llamaríamos soberanía. Los organizadores del país y los hombres del 80 fueron celosos de la independencia política pero entendieron que una nación periférica como la Argentina tendría que hacer concesiones a los intereses extranjeros si quería alcanzar objetivos de progreso que la robustecieran. Yrigoyen produjo algunos gestos y palabras en el campo de la política internacional que expresaban una mayor autonomía de decisiones: como fue la neutralidad a la no incorporación a la Sociedad de las Naciones.
En las décadas de 1930 y 1940, sectores nacionalistas batieron el parche sobre la independencia económica y Perón declaró en Tucumán que esta era una realidad en 1946.
Aquella vieja palabra que en el nacimiento de la Patria movilizó tantos sueños fue ampliando su significación. En el mundo globalizado del siglo XXI, ningún país puede pretender una independencia absoluta, pero esta no puede limitarse tampoco a los ritos formales de nuestros símbolos patrios.
¿Qué libertad buscamos y queremos hoy los argentinos?. ANTIMEDIO del SUR, tiene su propia versión de la independencia que supimos conseguir y de la que deseamos mantener
Cuando en 1816 el Congreso de Tucumán proclamó la independencia, esta ya era una circunstancia irreversible, que los congresales se limitaron a homologar. Estas tierras ya tenían para ese entonces, bandera, himno, moneda y gobierno propio, pero la independencia que se anunciaba era la de una patria libre de toda dominación extranjera.
La palabra fue cambiando de connotación con el transcurso del tiempo. Para Echeverría ser independiente incluía una cultura propia. Para Rosas, la independencia era el ejercicio irrestricto de lo que hoy llamaríamos soberanía. Los organizadores del país y los hombres del 80 fueron celosos de la independencia política pero entendieron que una nación periférica como la Argentina tendría que hacer concesiones a los intereses extranjeros si quería alcanzar objetivos de progreso que la robustecieran. Yrigoyen produjo algunos gestos y palabras en el campo de la política internacional que expresaban una mayor autonomía de decisiones: como fue la neutralidad a la no incorporación a la Sociedad de las Naciones.
En las décadas de 1930 y 1940, sectores nacionalistas batieron el parche sobre la independencia económica y Perón declaró en Tucumán que esta era una realidad en 1946.
Aquella vieja palabra que en el nacimiento de la Patria movilizó tantos sueños fue ampliando su significación. En el mundo globalizado del siglo XXI, ningún país puede pretender una independencia absoluta, pero esta no puede limitarse tampoco a los ritos formales de nuestros símbolos patrios.
Los argentinos de hoy debemos centrar la idea de emancipación, en la capacidad de un país para decidir según sus propios intereses, dentro de una razonable convivencia internacional. Debe completarse esta pretensión con la posibilidad que todo el pueblo tenga acceso a los bienes físicos y espirituales para poder vivir con dignidad.
Hoy queremos ser libres e independientes con valores renovados, para que se respeten nuestros derechos, para que haya justicia y una equitativa distribución de la riqueza.
Ser libres el 9 de julio de 2006 es entonces, pensar que podemos construir una nueva nación en la que no haya marginados, porque la libertad para pocos es una libertad estéril.
La convivencia pacífica de todos los sectores sociales debe ser una premisa fundamental para esta nueva etapa.
Libertad para construir, libertad para opinar, libertad para reclamar, libertad para convivir. Para eso queremos ser libres, para encontrar la justicia, para trabajar, para estudiar, para enseñar, para poder soñar cada día con un país mejor.
La educación es la base fundamental para construir un nuevo futuro, porque solo con nuestra propias ideas, y defendiendo nuestra cultura, podremos ser libres.
Con más aulas y más libros, con chicos jugando y aprendiendo, estamos soñando otra vez, como hace 190 años atrás. Estamos teniendo la esperanza de que a ellos, nuestros hijos, les tocaran tiempos mejores.
¡Viva la patria y la libertad que soñamos!
Exclusivo de ANTIMEDIO del SUR
Hoy queremos ser libres e independientes con valores renovados, para que se respeten nuestros derechos, para que haya justicia y una equitativa distribución de la riqueza.
Ser libres el 9 de julio de 2006 es entonces, pensar que podemos construir una nueva nación en la que no haya marginados, porque la libertad para pocos es una libertad estéril.
La convivencia pacífica de todos los sectores sociales debe ser una premisa fundamental para esta nueva etapa.
Libertad para construir, libertad para opinar, libertad para reclamar, libertad para convivir. Para eso queremos ser libres, para encontrar la justicia, para trabajar, para estudiar, para enseñar, para poder soñar cada día con un país mejor.
La educación es la base fundamental para construir un nuevo futuro, porque solo con nuestra propias ideas, y defendiendo nuestra cultura, podremos ser libres.
Con más aulas y más libros, con chicos jugando y aprendiendo, estamos soñando otra vez, como hace 190 años atrás. Estamos teniendo la esperanza de que a ellos, nuestros hijos, les tocaran tiempos mejores.
¡Viva la patria y la libertad que soñamos!
Exclusivo de ANTIMEDIO del SUR
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