EL DAVID MARRÓN-TEATRO-DUMONT 4040

Este David es diferente al otro que conocemos, la escultura de un cuerpo blanco, tallada a la perfección, y que ha marcado un estándar de belleza en varias generaciones. Este David que habla y cuenta lo que siente, es bastante diferente. Trabaja en un museo y reconoce haber destruido esa obra artística casi maldita, porque es el reflejo de lo que le dicen que nunca podrá alcanzar, en un mundo regido por posiciones binarias y de dominio blanco.

                                   *Crédito de la imagen: Alternativa en escena

El David que empieza a contar fragmentos de su vida, el que se confunde con el otro, ese que está roto y desperdigado por el piso, es un David absolutamente diferente. Está parado en la otra vereda del mundo, relegado a ser “el otro”, el que parece no encajar en ningún lado. Es el sospechoso, ese que "no sabemos si es argentino o filipino", porque su cara no coincide con nuestro registro de argentinidad, con el parámetro porteño de los rostros europeos, con la blancura necesaria para no ser mirado con recelo.

Este David oscuro, sospechoso, corrido de su propia tierra, el que cuenta historias de encuentros sexuales en baños púbicos, el mismo que se enamora y sueña con estar en el mundo de lo “normal” es, David Gudiño interpretando “El David marrón”, un entrelazado de relatos que se entrecruzan, entre la observación de ideas construidas desde el miedo y la desconfianza al diferente, más los abismos culturales de una Argentina que ocultó (aniquiló) su pasado indígena. En sus experiencias, van también los deseos de superar esa mirada racista sobre “los morochos”, los “cabecitas negras” y otras nefastas etiquetas.

En ese museo donde David trabaja, cuenta cómo él mismo es observado, como si fuese una pieza de colección. Habla de cómo se enfrenta a los prejuicios de los otros, esos que lo miran de reojo. También cuenta que se enamora de Juan, un hombre blanco, un abogado porteño a quien conoce casualmente en el baño de ese mismo museo, y con quien tiene un encuentro sexual que relata, usando metáforas de animales, con expresiones de un salvajismo que no condice con las buenas costumbres.

El David oscuro, no es el héroe que enfrentó al gigante Goliat y lo derribó con una piedra, sino el salvaje que se mimetiza con la tierra, con lo rústico del campo, y representa el peligro del malón, algo parecido a los del cuadro “La vuelta del malón”, el que se exhibe en el Museo Nacional de Bellas artes, en Buenos Aires.

El David del museo (el que trabaja en ese lugar, no el de mármol, el que se parece a un peruano o a un filipino, el "morochito") se explaya en relatos por momentos descarnados, en donde las palabras y las miradas lo golpearon y le dejaron cicatrices, como la que tiene en la frente, la que su hermana le hizo cuando era pequeño con su bicicleta. Retrata su infancia en el límite difuso de una Argentina también difusa, su niñez junto a su familia en Salvador Mazza (o Pocitos, como le dicen los salteños) cerca de la frontera con Bolivia. Comienza a pegarse repetidamente en el rostro, él mismo se pega hasta que parece que duele, le duele a los que lo miran pegarse tanto en la cara. Se detiene de repente y mira perdido. Si, duele.

En un momento, comienza a guardar los pedazos de mármol, mientras los que estamos en el museo (o en la obra de teatro) miramos. Explica cual parece ser su condena y su destino escrito por otros. Se erige después como un nuevo David, un héroe que emerge luego de varias batallas. Se re-construye como una escultura viviente, que finalmente elije exhibirse, pero esta vez, triunfal.

“El David marrón”, se presenta a pelear contra los discursos racistas y a derribar prejuicios, en el mes de abril 2025 (consultar funciones-comprar entradas), en Dumont 4040, CABA.     

*RECOMENDACIÓN: Por su lenguaje y por contener escenas de desnudez, la obra es recomendada para mayores de 16 años.

Informe de Adrian Maglieri @antimedio1 para Antimedio del Sur e Identidad Play @IdentidadPLay

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA

 

Dirección:  

LauraFernández

Dramaturgia y actuación: 

David Gudiño

Asistencia de dirección: 

Gabino Torlaschi

Escenografía: 

Norberto Laino

Realización escenográfica: 

Walter Lamas, Maite Corona

Vestuario: Rodrigo González Garillo

Iluminación:  

Matías Sendón

Fotografía: 

Alejandra López

Diseño gráfico: 

Martín Gorricho

Estilismo: Lima de Souza

Prensa: Prensópolis

    *Crédito de la imagen: Sebastián Freire. Publicado en el diario Pagina/12

*Ganador Premio Trinidad Guevara 2023 Revelación masculina. Nominación Premios María Guerrero por mejor Actuación en Unipersonal. Nominación Premio Trinidad Guevara Mejor Dirección. Nominación Premio María Guerrero por Escenografía y Diseño Espacial. Premio María Guerrero Mejor Fotografía

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