PACATA

Si se quiere ver una obra de teatro convencional, no es esta. Si se quiere ver una construcción artística y de dramaturgia formal, no es esto. Pacata es una invitación a desarmar convenciones, des-estructurar pensamientos, y vivir una experiencia inmersiva que conjuga, cierto intimismo y despojo, con una explosión de sensaciones y momentos de catarsis.

 

Catalina Briski, si, es ella, se muestra auténtica y empecinada en construir un mundo propio desde los movimientos, las luces y los sonidos, se muestra segura de contagiar una fuerza impredecible, y en llevarnos en un viaje de introspección. Con el justo y preciso acompañamiento en vivo del músico Pedro Bragan, y su acordeón, Briski se mueve con soltura sobre una superficie que parece no intimidarla, e inventa una serie de danzas, que articulan dureza, rareza y una inexplicable delicadeza al mismo tiempo.

                                                  Foto: María Laura Vazquez @titafoto_ 

La presentación o experiencia, o mejor dicho, el encuentro (me niego a catalogarla como obra teatral) comienza con la proyección de un video, sigue con música y movimientos, intercala con diversos relatos producidos por la propia Catalina Briski, y contiene momentos en que los espectadores, son invitados a cubrirse los ojos, para acompañarla a ella en un viaje por el rio, en donde muy acertadamente, los sentidos atraparán sonidos y olores del lugar, y seguirán el ritmo de una canoa que llegará a un nuevo destino.

Por momentos, una pequeña niña (la hija de Catalina que apenas camina) baila y se desplaza junto a ella con una naturalidad que asombra. Ambas construyen un momento de ternura, que supera cualquier guión que se haya prefijado. Ya no importan las líneas, son ellas dos y el resto del mundo mirando, llegando a otro universo con solo contemplarlas. 

                                                        *Fotografía prensa obra Pacata

Pacata, con actuación y dirección de la propia Catalina Briski, se complementa también con textos y dibujos originales, que intervienen en el relato y que se ofrecen previo al ingreso, para conformar una historia que alcanza múltiples formatos, pero que al mismo tiempo se condensa en la potente expresión de los cuerpos. Por momentos, también intervienen voces en off, lecturas de la protagonista, y otras lecturas y voces que en distintas etapas, se cruzan desde intérpretes que están en las gradas junto al público.

Pacata es entonces una danza imparable y contagiosa, intimista y sensible. Una invitación a leer, escuchar y sentir. La invitación a ser parte de un descubrimiento, de un festejo, de una historia que busca reflejar una celebración. La celebración de ese viaje que es la vida, en donde siempre hay que poner el cuerpo y sentir el movimiento.

Pacata, puede verse en TEATRO COOPERATIVA PERRA, Bonpland 800 Buenos Aires, los domingos a las 18 hs.

+información de Prensa: PRENSOPOLIS

ADRIAN MAGLIERI 

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