MANDINGA (LA CAPILLA DEL DIABLO) TEATRO

“Mandinga, la capilla del diablo” se trata de una obra escrita y dirigida por Guillermo Parodi, estrenada en el Teatro del Pueblo y en cartelera los sábados a las 22 hs. Si bien todo parece indicar que asistimos al desarrollo de una historia con tintes de veracidad histórica, por el inicio de la narración que nos sitúa en determinado momento, en la provincia de Corrientes, esto luego parece diluirse en el correr de las escenas que plantean otras cuestiones más profundas.


La obra, si bien toma algunos elementos del género literario de la leyenda y se refuerza con mitos rurales (sobre el mal, el diablo, “Mandinga” y sus otras denominaciones) que son explicados muy didácticamente por el personaje central, el mismísimo diablo personificado por la actriz Lorena Szekely (que nos deslumbrara en el galardonado “Pajarita”) y que oficia en distintos momentos de narradora omnisciente, y hasta de un tercer personaje, con notable ductilidad.

Sus expresiones, movimientos en el escenario y hasta el control que ejerce como un poder sobrenatural sobre el trayecto de la historia con el control de la iluminación (“oscuro”, aplica en muchas ocasiones como una orden que obliga a bajar las luces) generan un clima de constante tensión y van marcando los tiempos da cada fragmento.

Mención aparte merece “la niña” ¿la novia?, la muerta (o no tan muerta por el pacto que su padre hace con el diablo) con el manejo de su voz y el movimiento de su cabeza, que genera un clima (junto al acompañamiento de música en vivo) de suspenso y desconcierto, sobre lo que le sucedió y sobre los pasos que debe seguir para que “el sol toque su cara” y pueda transitar por el afuera, por el mundo de los vivos. Los personajes son ambiguos, no se entienden bien las relaciones y los vínculos que tienen entre ellos, y esa será otra de las cuestiones sutiles que se manejan en el entretejido del relato.

Pero si bien hay cosas que no pueden contarse previamente a presenciar la obra, por el suspenso y la intriga que quiere preservarse, lo cierto es que “Mandinga”, va mucho más allá que la historia de la capilla sin ventanas situada en un pueblo correntino, y despliega otra trama mucho más sutil que se va mostrando, en el conflicto de los mismos personajes, sus ambiciones, sus miedos y sus deseos de hacer el mal, como una forma de controlar a los otros.

¿Dónde está el mal guardado? ¿en la capilla? ¿en el mismo cuerpo invisible y escurridizo del mandinga? ¿o en el corazón de los hombres y de las mujeres que se disputan distintas batallas y pelean con sus miedos? “El miedo (si bien para algunos paraliza) también moviliza” recuerda el diablo como advertencia para los tiempos eternos y “actuales” que corren.

Comentarios

Entradas populares