Cultura

Falleció Nicolás Casullo, un crítico de los paradigmas dominantes


El escritor dedicó numerosos ensayos a recuperar la memoria, historia y trayectoria de la lógica social, ideológica y política de la sociedad. Sobre todo un militante de la palabra Casullo defendía la crítica radical.


El escritor y docente Nicolás Casullo, que falleció ayer a los 64 años, fue artífice de una obra en la que se dedicó a repensar la función del lenguaje y las palabras, además de desarrollar una crítica cultural que cuestionó los paradigmas dominantes de la sociedad contemporánea.

Casullo tuvo un compromiso social y político durante la época de los 70 que lo condujo al exilio. Un compromiso que prosiguió a su regreso al país, siempre a través de la discusión, de las clases y de sus escritos.

Este investigador y académico, ganador del Premio Konex 2004 al Ensayo Filosófico, fue un defensor de lo que denominaba la crítica de la sospecha o la crítica radical, encarnada por Jean-Jacques Rousseau, Karl Marx, Sigmund Freud, Friedrich Nietzsche, Georgy Lukacs, Karl Kraus, Theodor Adorno, la Escuela de Frankfurt y gran parte del romanticismo.

Profesor titular e investigador en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Quilmes de las cátedras “Historia de las ideas modernas” e “Historia del arte”, Casullo dedicó gran parte de su obra a cuestionar las investigaciones académicas acotadas, rutinarias y seriales que, a su criterio, determinaban “la vejez de las antiguas posturas”.


Comentario


Con profundo pesar recibí ayer la noticia de la muerte de este profesor memorable, que permitió compartir varias de sus clases, de “Estética e historia del arte” en la carrera de Comunicación. Y eran clases realmente compartidas, por su admirable capacidad de igualarse frente a nosotros (sus alumnos de ese entonces), a pesar de su tremenda capacidad intelectual, jamás se negó acercarnos su sabiduría y sus palabras conmovedoras.

Las clases de Casullo eran “para alquilar balcones”, como se dice en el barrio, jóvenes que llenaban las aulas y se infiltraban a pesar de pertenecer a otras cátedras, permaneciendo en hermético silencio, siguiendo las pausas de cada frase, como si fuesen también una parte importante de aquello que nos transmitía.

Recibí la noticia a través del correo de graduados de la UNQ, y luego de la tristeza inicial de saber que ese MAESTRO con todas las letras ya no estará entre nosotros para dejarnos embobados con sus clases magistrales, entendí que esas figuras que nos iluminaron tanto, no se van, es imposible que lo hagan, no se pueden ir aunque quieran, siguen enseñando y haciéndonos pensar mas allá de la vida, con todo aquellos que nos mostraron.

Gracias profesor, por habernos dejado tantas enseñanzas y tantos buenos recuerdos.

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