GÁNDARA- Teatro del Pueblo
En el Teatro del Pueblo (Lavalle 3636, CABA) los sábados a las 22hs, se presenta “Gándara”, para muchos, una marca de yogures o dulce de leche, para otros, el recuerdo de los viajes a Mar del Plata por ruta 2 y la parada obligada por la fábrica cooperativa que se encontraba cerca de Chascomús. Lo cierto es que esta obra, dirigida por MarcelaArza, aparece como una joya que puede descubrirse en el circuito del teatro independiente, tan prolífico de Buenos Aires.
Con un preciso manejo de la iluminación, su suceden distintas escenas, en donde se relata el viaje de dos periodistas (si es que les cabe ese término) por distintos lugares de la provincia de Buenos Aires, en búsqueda de sujetos excéntricos, que compiten mostrando habilidades, para el concurso de un “exitoso” programa de televisión. En ese recorrido, “Charly” (Carolina Alonso) y un maltratado ayudante convertido en celebridad por la magia de la pantalla chica (que cuestiona el sistema y se hace innumerables preguntas sobre la existencia) se cruzan con distintas rarezas.
Primero con una monja ex drogadicta dotada de un peligroso vocabulario, luego con una persona que perdió sus brazos en un accidente, y que con movimientos desopilantes, puede moverse y hacer malabarismos imaginarios subiendo la audiencia del programa. Ambos presentadores, son guiados (¿perseguidos?) por un productor que los humilla, los trata como objetos descartables, y cuya voz (que aparece esporádicamente desde el off) provoca espasmos, cada vez que se comunica con ellos desde la central.
En otro punto de la geografía, justo en el pueblo de Gándara, alejado del epicentro de los estudios televisivos de la capital, espera Rocio, junto a su familia, sus amigos, y todo el pueblo que se reúne para ver la actuación de esa chica que quiere triunfar, convertirse en cantante. Su padre, tiene temor de que su hija se exponga frente a las cámaras, ya que ella sufre de tartamudez, sus palabras se fabrican con enorme trabajo, pero es su tía, “La Sharon” (impecable en ese papel, Marienn Perseo) quien hará lo imposible para que esa joven, pueda alcanzar el sueño de cantar en vivo.
La historia, está cruzada, al mismo tiempo, por las desventuras y angustias de Miguel (el padre de Rocio) quien añora otro tiempo que fue mejor, cuando tenía a su esposa junto a él, y un trabajo que ahora se desmorona, como gran parte de una Argentina que cae, en la crisis social de 2001.
“Gándara”, está construida con actuaciones deslumbrantes, todas de altísimo nivel. Pero quizás, el gran secreto de esta obra que logra conmover, es que se apoya en la profunda humanidad de personajes que se muestran entrañables, y que, a pesar de sus carencias e imperfecciones (manejadas excelentemente desde el lenguaje y los gestos) intentan sobreponerse como sea a todas las adversidades.
Entre los dichos y las ocurrencias desopilantes de estos personajes (que muchas veces arrancan carcajadas en el público) los diálogos construyen también un clima de nostalgia y empatía, con una dosis justa de compasión, aunque nunca de lástima.
Entre tantos fracasos y frustraciones que nos atravesaron y que podemos recorrer a diario, es entonces que la esperanza de esa joven y de todo el pueblo que la acompaña, es en algún punto, también la nuestra. Rocio comienza a cantar, el mundo se detiene, todos la escuchan y se emocionan, ella brilla como nunca, se estremecen. Sobre el final aplauden (ellos, los actores y nosotros, ¿quiénes somos?, ¿dónde estamos?) y la realidad se confunde por unos segundos con esa ficción hermosa, cruzando todos los límites.
Adrian Maglieri @antimedio
Audio sobre la obra, en IDENTIDAD PLAY
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