Educación-Debate

Artículo de la revista Noticias

Clases Magistrales:
Repensar el secundario


Las razones de la crisis de la educación media. Y diez propuestas para que la escuela sea una institución acorde a las necesidades de los jóvenes de hoy.

Por Silvina Gvirtz.

Remontar el barrilete en esta tempestad. Solo hará entender que ayer no es hoy, Que hoy es hoy y que no soy actor de lo que fui Divididos


Juan tiene 15 años, abandonó el secundario. Consuela a los padres diciendo que va a hacer un bachillerato nocturno, acelerado, pero más adelante. Su blog, plagado de frases lúcidas y llenas de ironía, nos permiten advertir que su problema no es la falta de capacidad para estudiar. Mariana tiene 17 años. Va a la escuela y es estudiosa, pero está enojada. Dice que lo que aprende no sirve para nada, que lo que le enseñan lo puede bajar de google y que el secundario debería desaparecer. Pedro no consiguió terminar el primer año. Hoy ayuda a su padre que es albañil. Hizo el intento de estudiar. No era vago. Simplemente tuvo un primario que le dejó una mala base y no entendía los contenidos de enseñanza. Paralelamente a estas y otras tantas historias de vida, los diarios nos alertan sobre las dificultades que encuentran los egresados del bachillerato para aprobar un examen de ingreso a las universidades (cuando lo requieren). La baja calidad educativa es una queja permanente de la sociedad. Todos sabemos que se trata de un nivel de la escolaridad relevante en la vida de las personas y, al mismo tiempo, percibimos que no por un acaso, es fuertemente cuestionado en su dinámica actual. El objetivo de esta clase es, por un lado, iniciar un diálogo que nos permita diagnosticar y describir las características del nivel y, por el otro, reflexionar sobre posibles cambios para que Juan, María y tantos otros chicos puedan transitar su escolaridad aprendiendo contenidos significativos y disfrutando de estos aprendizajes.

Un diagnóstico del nivel medio

Los problemas de rendimiento interno.
El principal problema de la secundaria en nuestro país no parece ser el acceso. Muy por el contrario, hace tiempo que este nivel recibe cada vez más adolescentes de los más variados sectores sociales. Según los datos de un estudio recientemente realizado por el CENEP, el nivel medio amplió su cobertura ininterrumpidamente. Los números nos muestran que mientras que sólo un tercio de la generación nacida en la década de 1930 accedió al nivel Medio, el 85% de la nacida en 1980 logró ingresar al secundario. ¿Cuál es el problema entonces? ¿Por qué criticamos tanto a un nivel que se masificó permitiendo el acceso de sectores sociales desfavorecidos? El problema es que los estudiantes ingresan y no se gradúan. El fenómeno de la ampliación de la matrícula no se acompañó, históricamente, de una mejora en los índices de deserción. Asimismo, en los últimos años, la edad de abandono se adelantó. Este es uno de los principales problemas de la escuela media: el abandono. Juan y Pedro son sólo casos que ilustran un problema social. La particularidad del nivel medio, a diferencia, por ejemplo, de la escuela primaria, es que los jóvenes tienden a abandonar sus estudios en mayor proporción.
Existe una correlación entre quienes repiten y quienes abandonan el colegio. La tasa de no promoción sigue una tendencia ascendente para el total del país y resulta preocupante que, considerando el año 2004 (último dato disponible según las fuentes oficiales), el 27,3 por ciento de los alumnos del ciclo Polimodal no hayan logrado promover su año de estudios, y el porcentaje de abandono interanual sea del 19,7 por ciento, considerando el total país. Pero esta realidad requiere que tengamos en cuenta otro dato clave: un joven que proviene de un hogar con Necesidades Básicas Insatisfechas tiene 70 por ciento más de probabilidades de desertar que uno que proviene de sectores que tiene sus necesidades básicas satisfechas. 2. Los problemas de calidad Un diagnóstico completo requiere que, además, miremos qué aprenden y cuánto aprenden los jóvenes en la escuela. Si bien esto es muy difícil de medir, algunos datos que provienen de pruebas nacionales e internacionales de evaluación de aprendizajes, nos permiten tener una aproximación. El estudio internacional PISA, en el que participó la Argentina (junto con otros 40 países) en el año 2001, mostró que la Argentina se encuentra muy lejos de los estándares que definen, en parte, a una educación de calidad. Se midieron habilidades de comprensión lectora en población de 15 años. Los resultados fueron alarmantes. El 44 por ciento de nuestros estudiantes lograron un nivel igual o menor al Nivel 1. Si se mira al interior de este grupo se obtiene lo siguiente: el 21% de los alumnos fueron capaces, solamente, de desarrollar tareas de muy baja complejidad, como identificar un tema en un texto o hacer una conexión con un conocimiento de todos los días. El 23 por ciento restante se encontró por debajo del nivel 1. No poseen las habilidades de lectura más simples. Esto implica que estos jóvenes poseen serias dificultades para utilizar la lectura como herramienta fundamental para entender el conocimiento en otras áreas. Quienes lograron el nivel 5, el más alto, en cambio, fueron capaces de comprender en profundidad un texto complejo, localizando información relevante, construyendo hipótesis interpretativas y estableciendo juicios críticos sobre la información. De los estudiantes que participaron en Argentina, sólo un 2 por ciento alcanzó este nivel. En síntesis, el diagnóstico nos alerta que estamos frente a un subsistema que si bien democratizó el acceso en las últimas décadas, ofrece un servicio muy desigual en el que la calidad sólo es posible para una minoría. Se trata de un nivel que tiene serios problemas de rendimiento interno y que es percibido negativamente por el conjunto social. En el apartado que presentamos a continuación trataremos de describir algunas de las causas que hacen a la crisis de este nivel. Algunas hipótesis para entender el porqué de la crisis de la escuela media.

Complejizar el problema
Cuando se trata de explicar por qué acontece esta crisis en el nivel medio (que no sólo afecta a nuestro país) hay quienes sostienen que el problema es "la juventud actual". Se piensa que los jóvenes no leen como antes, que no se esfuerzan y que por ello la calidad educativa es cada vez peor. Pretenden culpar a la juventud prácticamente de todos los males de la humanidad. Los acompaña el lema de "todo tiempo pasado fue mejor". Lo cierto es que los datos recién expuestos cuestionan estas afirmaciones. Ante todo debemos considerar la progresiva democratización en el acceso al nivel como un logro: antes estaba reservado a ciertas minorías. Al mismo tiempo necesitamos observar el camino que falta recorrer para que la democratización se profundice. La correlación entre abandono y pobreza indica que quienes no logran concluir el nivel están más afectados por las carencias materiales que por la falta de voluntad. Otra de las hipótesis que circula sobre la escuela media, culpa a los docentes y a su falta de formación por la crisis. Desconocen que, cuando hay oferta y aún siendo esta de dudosa calidad, los docentes buscan capacitarse. En la última década, más del 70 por ciento de los docentes hizo al menos un curso de capacitación. Al mismo tiempo dejan de lado las difíciles condiciones de trabajo que enfrentan los docentes diariamente. Desconocen que casi siempre deben correr de una escuela a otra, así como los escollos burocráticos que enfrentan. La realidad es que no hay UNA causa que explique la crisis del nivel. Y… sólo entendiendo la complejidad y multiplicidad de las mismas vamos a poder comenzar a pensar algunos pasos para avanzar en la resolución del problema.
Historizar el problema
La escuela media, se conformó en sus orígenes como una institución destinada a educar a las elites dirigentes, preparándolas para ingresar directamente a la universidad o a las burocracias estatales. Es decir, era una escuela para pocos. Este nivel estaba muy diversificado y tenía una función altamente selectiva. Los egresados de los bachilleratos podían ingresar a la universidad, pero un egresado de una escuela normal, o sea un Maestro Nacional Normal, tenía que dar equivalencias, obtener el título de bachiller y recién entonces quedaba en condiciones de acceder a la universidad. En cualquiera de los casos, aquel secundario reservado para las minorías eran un símbolo de alto nivel cultural. Entre fines de la década del 40 y las décadas del 50 y del 60, la secundaria comienza un sostenido proceso de masificación. Sólo a modo ilustrativo cabe señalar que, durante los dos primeros gobiernos de Perón se triplica la matrícula del nivel. La secundaria, además, comienza a recibir chicos, provenientes de otros sectores sociales, no sólo ya de las clases medias y altas. El principal proceso que ha atravesado la escuela media desde mediados del siglo pasado ha sido la masificación. La apertura del nivel a nuevos alumnos. Francois Dubet sostiene al respecto que este proceso ha sido clave para las instituciones, planteándole desafíos que aún hoy tiene dificultades para resolver. Sostiene que la masificación no implicó un repensar la tradicional organización de dichas instituciones, orientadas a formar a una elite. El problema es que la escuela sigue conservando ciertas prácticas históricas de las que le cuesta desprenderse, y que estaban dirigidas a jóvenes de otras épocas. El viejo secundario tenía como modelo a un alumno considerado adulto. La idea de adolescencia, que hoy nos parece tan obvia, no existía. Sólo a modo de ejemplo, recordemos que cuando un niño a los doce o trece años dejaba de usar los pantalones cortos y pasaba a usar pantalones largos, era considerado no un adolescente, sino un adulto. A partir de la masificación de la escuela, a partir de la aparición de la idea misma de adolescente, a partir de la irrupción de las adscripciones identitarias de los jóvenes, y también en nuestro caso en particular, a partir de los procesos de pauperización de la población, la escuela ya no puede trabajar como antaño. Sin embargo….frente a esta situación alguien podría argumentar que se resuelve si volvemos a excluir a la mayoría de los jóvenes del sistema. De hecho, esto sería más simple y barato. Sin duda, pensar de tal manera es un absurdo total. Pero, ¿por qué?

Ubicar el problema:

El lugar del conocimiento en las sociedades contemporáneas. A diferencia de lo que pasaba a fines del siglo XIX, nuestras sociedades funcionan en base al saber. No por un acaso se denominan en la actualidad "sociedades del conocimiento". La acumulación de conocimiento es cada vez mayor y la información y el saber es el principal valor agregado que puede poseer un individuo y un país. Si antes el problema era acceder a la información, ya que no había radio, televisión ni diarios de circulación masiva y los libros estaban reservados a una minoría, hoy el problema es cómo distinguir la información relevante de la irrelevante, cómo distinguir la información verdadera de la falsa y cómo adquirir conceptos que nos permitan comprender el mundo que nos circunda. Si antes la escuela proveía información y fomentaba que se memorizara para guardarla, hoy la escuela tiene que enseñarnos a pensar y a utilizar la información que nos proveen los diferentes entornos. Información que es cada vez más abundante y compleja. El cúmulo de saberes básicos que debe manejar un joven para desempeñarse con solvencia en la actualidad es mucho mayor que antaño. En este contexto, la escuela media se ha convertido en parte de los niveles básicos de la enseñanza. Todos deben aprender una segunda lengua en un mundo globalizado, deben ser usuarios activos e inteligentes de las nuevas tecnologías de la información. Debemos poder entender y desarrollar en su complejidad los modelos de razonamiento de la ciencia para erradicar el pensamiento mágico en nuestras sociedades. Todo ello es parte de la tarea de la escuela en la actualidad. La escuela hoy es una más entre muchas instituciones que enseñan (más allá que esto nos guste o no). Sin embargo, no es por ello menos importante. No hay otra institución educativa que nos enseñe a pensar la complejidad del mundo actual. Sabemos que hoy necesitamos MÁS ESCUELA. Pero no cualquier escuela. El gran desafío es construir una escuela que enseñe a pensar, que enseñe que el conocimiento es una herramienta indispensable para resolver los desafíos laborales, culturales, políticos, sociales y morales que nos presenta la sociedad actual. Pero también necesitamos una escuela en la que el conocimiento no sea un mero instrumento para… sino un valor en sí mismo. Aprender a disfrutar un buen libro en nuestro tiempo libre, aprender a mirar una buena película, es parte de lo que esta añeja y cara institución puede hacer por nuestras jóvenes generaciones. Sin embargo, la escuela media es una institución que no sólo debería proveer un conjunto de saberes básicos sino que tiene la función de acompañar el crecimiento integral de los adolescentes. Esto implica la necesidad de colaborar en su formación moral, física y artística. Se trata de una etapa en donde los adolescentes construyen sus propias redes de sociabililidad, descubren intereses y comienzan a construir su identidad adulta. Sin dudas, el paso por la secundaria deja marcas y recuerdos imborrables en nuestras vidas. Vemos muchas veces personas que han descubierto su vocación en la escuela media. Vemos quienes todavía hoy conservan a sus amigos del secundario. Sin embargo, esta institución decimonónica poco ha cambiado en función de las necesidades actuales y del perfil de los jóvenes que acceden a ella. La realidad es que se producen, en su interior, no pocas asperezas entre una institución pensada para un mundo que ya no es y la realidad de hoy que con alumnos tan diferentes. ¿ De qué hablamos cuando hablamos de juventud en la actualidad? Los estudios de las culturas juveniles nos posibilitan describir algunos rasgos sobre las prácticas de los jóvenes a partir de las cuales construyen su identidad, permitiéndonos comprender cómo tienden a sentirse, actuar y pensar de determinada manera. Investigaciones recientes sobre el tema sostienen que, en la actualidad, los jóvenes construyen su identidad a partir de consumos culturales. La mayoría de ellos, producidos y en circulación a escala global. Siguiendo a la especialista mexicana Rosana Reguillo Cruz, las adscripciones identitarias (por ejemplo, skinheads, punks, góticos o roqueros) son, concretamente, procesos socioculturales mediante los cuales los jóvenes se adscriben presencial o simbólicamente a ciertas identidades sociales asumiendo unos discursos, unas estéticas y unas prácticas. La emergencia de las culturas juveniles pone en evidencia que ni la familia ni la escuela son monopólicas como centro de referencia de los jóvenes. La formación de la identidad de los jóvenes comparte (o disputa) ese lugar junto con el mercado, los medios de comunicación y los territorios locales, como el barrio. Estas manifestaciones culturales deben entenderse no como fenómenos menores, sino como una característica fundante de la construcción de los sujetos jóvenes en estos tiempos. Pero cabe hacer una aclaración: esto no es un fenómeno nuevo. La juventud siempre implicó un proceso de socialización secundaria, es decir, la identificación con otros que no son del ámbito familiar, la separación de lo conocido y la apertura a otros espacios, a otras personas. Antes, los jóvenes también hacían esto. La diferencia con la actualidad es que, quizás hoy, existe una mayor pluralidad y complejidad de las fuentes de identificación. Por otro lado, los jóvenes no son pasivos frente a la oferta cultural creando sus propias "comunidades de sentido", físicas o simbólicas, reales o virtuales, en donde comparten códigos culturales y prácticas. Entre los ejemplos se ubican los grupos de chicos que se identifican con el barrio y generan artefactos culturales ligados a él (graffitis, música, "murgas", etcétera), los movimientos políticos juveniles o los chats en el espacio virtual. Comprender los significados que están detrás de estas prácticas culturales, en contexto, tomarlas en serio, es sin duda el primer paso para entender cómo y de qué maneras los jóvenes se piensan a sí mismos, a los otros y al mundo. Esto es una tarea a la hora de pensar políticas y prácticas educativas, ya que las instituciones educativas tienen implícita una concepción de joven, que muchas veces genera conflictos con los sujetos reales que entran a las aulas. Cuando hablamos de tomarlas en serio, nos referimos a que detrás de estas manifestaciones culturales no hay un vacío, sino todo lo contrario: se trata de sentidos que los jóvenes construyen sobre sí mismos, sobre las instituciones, sobre su futuro. En algunos casos, estos significados pueden confrontar con la escuela (y con los adultos). No obstante, se hace indispensable el diálogo con las identidades juveniles y el establecimiento de consensos entre jóvenes y adultos, con el fin de enriquecer las prácticas educativas y volverlas más inclusivas y democráticas. Algunas ideas para repensar la escuela media Si la escuela media se transforma en una institución que acompaña a los jóvenes, los ayuda a aprender y disfrutar del conocimiento, los ayuda a construir un proyecto de futuro y les brinda las herramientas necesarias para hacerlo, se hace necesario repensar algunos de sus esquemas básicos.

1. La escuela media podría convertirse en un centro de articulación de políticas sociales para la juventud (para ampliar el significado de este punto puede leerse mi anterior clase magistral en NOTICIAS Nº1560).

2. Es necesario revisar la política de becas. Sería ideal acompañar la ayuda financiera con un seguimiento pedagógico de los estudiantes más carenciados.

3. La escuela podría comenzar a considerarse un centro socio educativo y comunitario. Se trata de ofrecer a la juventud opciones interesantes para el uso del tiempo libre. Se trata de generar espacio en los que los estudiantes puedan practicar deportes, leer, mirar una película o entrar a internet. Se trataría de abrir las puertas de la escuela incluso los fines de semana.

4. Un aspecto clave para la mejora es repensar la organización interna de la escuela. El estudiante necesita recibir una formación integral y por lo tanto precisa de adultos que, bajo la figura de un profesor tutor, puedan acompañar y guiar su crecimiento. Necesitan tiempo de profesores para poder trabajar sus inquietudes y problemas. El diálogo, el consenso y el principio de la no discriminación, deben ser la base de la formación en valores de la escuela media. ¿Cómo hace un profesor hoy, sin tiempo pero con las mejores intenciones, para ocuparse del tema?

5. Otro aspecto sobre el que valdría la pena reflexionar es sobre la distribución del tiempo en la escuela. ¿Es el mejor esquema posible el del horario mosaico rígido con horas de cuarenta minutos? ¿No convendría explorar la posibilidad de otras divisiones temporales que integren más y mejor los conocimientos y el aprendizaje?

6. Los profesores se quejan de programas enciclopédicos que sólo pueden concluir so pena de correr con los contenidos, sin escuchar las dudas de los adolescentes y sus inquietudes. Se trata de contenidos que a veces se olvidan a las pocas semanas de haber sido estudiados. Enseñar a pensar, enseñar a aprender, ¿requiere una organización por materias tal y cómo se presenta en la actualidad?

7. Con ánimos de respetar e ir desarrollando la capacidad de elección en los estudiantes, no sería descabellado plantear un núcleo de materias obligatorias y un grupo de materias optativas. De este modo, podríamos ayudar a los jóvenes a descubrir intereses y vocaciones. Asimismo, el trabajo por proyectos y problemas puede resultar efectivo tanto para aprender cosas nuevas, desarrollar competencias complejas y ampliar la formación en disciplinas básicas.

8. Para poder concretar algunas de las ideas planteadas, es indispensable tender a que los profesores concentren su trabajo en una o dos instituciones.

9. Por último (aunque sabiendo que dejamos varias propuestas para futuras clases) debemos recordar que más del 30 por ciento de los docentes de nivel medio no tienen formación específica. Conocen muy poco sobre la adolescencia y la juventud, no se prepararon pedagógicamente para dar clases y…es necesario encarar el tema. No alcanza con saber la disciplina para ser un buen docente. El perfil de un profesor de escuela media hoy debe ser alguien capaz de construir propuestas pedagógicas novedosas y adecuadas a los alumnos. Si debe integrar diferentes tipos de culturas, si debe acompañar y motivar para el aprendizaje, es claro que deben conocer las culturas juveniles. Un profesor no puede ser alguien que espere de los alumnos algo que ya no son.
10. No tengamos miedo. Pensemos el modo de construir nuevos barriletes.
Unos 250.000 alumnos estrenan la nueva secundaria
bonaerense

Tienen entre 11 y 13 años y serán la primera promoción de la escuela media de seis años. Estudiarán las materias tradicionales en lugar de áreas y aprobarán con 7. Irán a clase media hora más por día.

LA REFORMA COMENZARA A IMPLEMENTARSE EN 3.416 ESCUELAS BONAERENSES PUBLICAS Y PRIVADAS.'
Fabián Debesa
En 18 días debutará en la provincia de Buenos Aires la nueva secundaria. Serán 251.000 alumnos entre 11 y 13 años que estrenarán un nuevo régimen dispuesto por la Ley de Educación Nacional que prevé 6 años para la enseñanza media. Los chicos que empiezan el 1er año (ex 7º de la secundaria básica) tendrán media hora más de clase por día, unas 90 horas más por año.En los boletines se reemplazarán las "áreas de conocimiento" por las tradicionales materias y el Estado deberá garantizar la obligatoriedad hasta 6º año. El sistema educativo provincial se prepara para un nuevo cimbronazo: a sólo 12 años de la entrada en vigencia de una reforma que reemplazó la primaria y la secundaria por el esquema EGB-Polimodal (ver "Adiós a la...") docentes, padres y alumnos se preparan para nuevos cambios.
El 5 de marzo está previsto el inicio del ciclo lectivo 2007. Habrá 4.300.000 alumnos de todos los niveles listos para regresar a las aulas. Pero la lupa estará puesta en el 1º año de la secundaria que hasta el año pasado llevaba la denominación de ESB (Escuela Secundaria Básica). Es que los estudiantes tendrán nuevos contenidos pedagógicos incluidos en estas asignaturas: Prácticas del Lenguaje (que reemplaza a Lengua), Matemática, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales (con 4 horas de clases semanales cada una) Inglés, Educación Física y Artística (dos horas por semana). Además se incorporará Construcción Ciudadana (dos horas semanales más), que pretende abordar temas relacionados con la adolescencia —incluida la educación sexual—, el comportamiento cívico y las cuestiones ambientales. Este diagrama de enseñanza quedará establecido en 3.416 escuelas bonaerenses, 1.941 estatales y 1.475 de gestión privada.El mecanismo de calificaciones comprende la entrega de boletines por trimestre.
Para la evaluación, los docentes estarán obligados a tomar al menos un examen escrito en cada período. La calificación será de 1 a 10 y para promover la materia los alumnos deberán promediar un 7. Para pasar al 2º año de la secundaria podrán tener una asignatura previa.¿Están preparados los docentes y directivos para afrontar estos cambios? Según explicó a Clarín la directora de Escuelas bonaerense, Adriana Puiggrós, 27.100 profesores están en capacitación para ponerse frente al aula en menos de dos semanas. "La provincia realizó en 2006 una prueba piloto en 75 establecimientos que resultó exitosa. Los docentes que intervinieron son ahora capacitadores. En febrero se realizan nuevos cursos intensivos optativos que otorgan puntaje. Y a lo largo del año habrá más actividades de perfeccionamiento", aseguró la funcionaria.Los gremios docentes de la provincia denunciaron que no se cumplió con la designación de profesores, directivos y auxiliares para cubrir las horas adicionales previstas en el 1º año de la secundaria. "Aún existen escuelas donde conviven el 3er ciclo de EGB con la ex secundaria básica", dijeron en la FEB.
Dirigentes de SUTEBA advirtieron que quedan vacantes sin cubrir en cargos de preceptores y bibliotecarios.Puiggrós admitió que en 2007 habrá sólo 1.000 colegios donde toda la nueva secundaria (los tres años de básica y el polimodal) estarán en un mismo predio. "Por eso, anticipamos a los padres que tendrán que habituarse a la presencia de albañiles este año. Tenemos $ 120 millones para refac ciones, ampliaciones y la construcción de nuevos edificios".No obstante, las autoridades aseguraron que "todos los alumnos tienen su pupitre asegurado". Los padres no tendrán que completar ningún trámite para anotar a los chicos que terminaron el 6º año de primaria en la nueva secundaria porque la inscripción es automática. Si pretenden concretar un pase a otra escuela deberán realizarlo por las vías administrativas habituales.El cambio del sistema será gradual: en 2007 se aplicara en 1er año; en 2008 comenzará el 2º año (ex 8º de ESB) y en 2009 el 3º (ex 9º). En esos dos períodos se incorporarán las materias Físico-Química y Sociales se partirá en Historia y Geografía. Mientras, las autoridades también piensan replantear el polimodal. Esa denominación quedará en los archivos a partir de 2010. Para entonces será un solo ciclo medio de seis años. Las pautas educativas regirán también para el sistema privado. Son 72.000 pibes matriculados en institutos no oficiales que también acusarán el impacto de los cambios. Puiggrós aseguró que los profesores del área privada también asistieron a las capacitaciones.La flamante Ley de Educación Nacional tiene fecha de estreno. El 5 de marzo, después de los discursos del director y de la entonación del Himno Nacional, 250.000 niños bonaerenses intervendrán en un nuevo capítulo de historia de la educación.
Publicado por diario "Clarin",15 de febrero de 2007

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