Educación-Debate

Dos modelos que formaron el sistema educativo de nuestro país.

Desde fines de siglo IXX, el Estado liberal, moldeó una educación fuertemente estructurada en el ser nacional en base a ley Nº 1420. Con la creciente industrialización y la llegada del peronismo al poder, se instrumentan una serie de cambios sustanciales que posibilitan un notable ingreso al sistema educativo medio y superior, de sectores antes marginados, como el de los hijos de trabajadores y las clases humildes.

La educación durante el Estado de Bienestar

Sin dudas, el gobierno peronista, iniciado luego de la constante ascendencia política del General Perón, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, y el apoyo popular de la manifestación del 17 de octubre de 1945, abría una nueva etapa en la historia, imponiendo un modelo diferente de país, con grandes transformaciones sociales, y en donde no estarían exentos los cambios en el sistema educativo.
El peronismo se mostró proclive desde los inicios, a generar las condiciones necesarias para incentivar la actividad industrial, creando para ello, las herramientas institucionales adecuadas para llevar a cabo dicho proyecto.
Remarca Emiliozzi E., sobre las escuelas fábricas:

[…] "Con profundo sentido social, popular y nacional, el entonces Teniente Coronel JD Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social inicia la puja para reconquistar los valores humanos y materiales de Argentina. Bajo la administración de la cosa pública signada por el coloniaje inglés, no solo son vejados el pueblo, sus instituciones, las agrupaciones obreras, sino que la vejación cala bien hondo en el niño, joven, hombres y mujeres argentinos.
Hasta entonces, el orden económico del país gira en torno a la ganadería y la agricultura, en función ambas de la economía inglesa. No se tienen en cuenta las enormes riquezas del subsuelo, ni la acción positiva y eficiente del elemento humano nacional para el trabajo". […]


La convalidación de la ley 12921, que pone en marcha la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional (que luego derivaría en el CONET, por ley Nº 15420 el 15 de noviembre de 1959), se convertiría en un verdadero pilar de la enseñanza técnica y el desarrollo de la industria nacional.
La creación y el sostenimiento de las escuelas técnicas, signaba el comienzo de un proceso constante hacia la industrialización, marcando de esta forma el llamado Estado de bienestar o Estado Social, iniciado en la Argentina en forma tardía, en comparación con el resto del mundo.
Esta estructura que se armaba desde las escuelas secundarias a través de las llamadas escuelas fábricas, e incorporaba a gran cantidad de jóvenes que necesitaban calificarse para ingresar a las pujantes industrias, ávidas de mano de obra especializada, continuaría en el camino de una mayor organización en las estructuras de nivel universitario, completando el ciclo del sistema educativo.
Con la inauguración de la Universidad Obrera Nacional (antecesora de la Universidad Tecnológica Nacional, UTN), el 8 de octubre de 1952, se cerraba el círculo ascendente de la proyección educativa.
El presidente J. D. Perón, mencionaría en su discurso de apertura, los aspectos principales de esta iniciativa, rescatando aspectos referidos al incentivo de la movilidad social, a la formación de ciudadanos útiles y comprometidos, y la posibilidad de desarrollar capacidad tecnológica y dirigencia al servicio del bien común.
La reforma constitucional de 1949, garantizaba, a través de los artículos 39 y 40, los derechos de los trabajadores e instigaba a la determinación del pueblo por encima de los poderes económicos y políticos.
De esta forma, el gobierno peronista armaba, no solo un sistema educativo de acuerdo a su proyecto industrialista, sino que modificaba la principal estructura legal del país, la Constitución, para garantizar dicho proyecto, para muchos economistas, sustentado en una política de tipo keynesiano, en donde "se buscó elevar el salario y forzar la distribución del ingreso a favor de los trabajadores" (Lopez, Manuel F., diario "Clarín", 15/04/2001, nota, "Déjennos hablar de Keynes").
La nueva matriz económica que dejaba atrás una estructura basada en la agricultura, operaba básicamente sobre la demanda global, a través de una elevación de los ingresos asalariados y la tendencia al pleno empleo.
Existió un correlato entre los esfuerzos por incentivar la educación en todos los niveles, el crecimiento económico y la distribución del ingreso, que alcanzó los niveles de mayor equidad en cuanto a su asignación a la masa asalariada de toda la historia.
Todos los cambios producidos en la educación Argentina desde 1853 en adelante, no estuvieron encuadrados en una "ley marco", como hasta 1994, momento de la aplicación de la Ley Federal de Educación, que por primera vez agrupó todas las normativas. Luego de un prolongado proceso hacia la centralización de normas y traspaso a la jurisdicción nacional, paradójicamente la ley se sanciona, en el momento en que se transfieren los recursos educativos a las provincias, para que administren sus propios esquemas, lo que aparece como un retroceso o contradicción.

La educación en el Estado liberal

Desde finales del siglo XIX, comienzan a gestarse los primeros cambios significativos en el sistema educativo, principalmente luego de la sanción de la ley 1420 del año 1884, que contribuyó a elevar el nivel cultural de la Nación, afianzar el orden social y la unidad nacional.
Antes de esta ley, considerada emblemática, conviene señalar los importantes antecedentes que significaron en 1870, la sanción de una ley inspirada en Sarmiento, que promovía la fundación de bibliotecas populares, y en 1875, otra ley, la de "educación común" de la provincia de Buenos Aires, que posibilita la creación de los consejos escolares.
Sobre la aprobación de la ley Nº 1420, puede agregarse lo siguiente:

"Las inquietudes expresadas en el Congreso originaron el proyecto de Ley de Educación Común elaborado por el Poder Ejecutivo, y en el que se omitía toda alusión al problema religioso. El Senado aprobó el proyecto en 1881, pero la Cámara de Diputados lo demoró dos períodos hasta rechazarlo en 1883. En las sesiones de ese año, el ex-ministro de Instrucción Pública, Onésimo Legizamón, presentó un proyecto que dotaba a la educación de tres características: laica, gratuita y obligatoria. El proyecto provocó debates que excedieron el claustro parlamentario; la prensa y la opinión tomaron partido en grupos antagónicos: liberales y clericales. De este enfrentamiento surgieron varias y diferentes posiciones. Por un lado, el positivismo, encarnando la verdad científica en contra de la verdad revelada, había hecho camino y contaba con muchos sostenedores. En cambio, el catolicismo, al menos como fuerza política, carecía de representatividad nacional. Roca midió fuerzas y no vaciló en declararse laico. Así la Ley 1.420 se aprobó en julio de 1884, obligando a poner enérgico freno a la intervención del Vaticano.
La Ley 1.420 fue un elemento utilísimo en la lucha contra el analfabetismo, no excluyendo la religión mayoritaria en la escuela oficial, ya que la misma podía enseñarse fuera de los horarios de clase en los mismo establecimientos, y permitió que los niños que concurrían a las escuelas del Estado no fueran discriminados por motivos confesionales, tanto si sus padres eran católicos, libre pensadores o pertenecientes a otros credos, lo que contribuyó a fortalecer en su base de unidad al país en un momento en que la inmigración ampliaba su espectro.
Otra loable iniciativa de esta época fue la creación de escuelas técnicas anexas a los ferrocarriles, donde podría formarse personal idóneo" . (Sabsay Fernando, "Presidencias y Presidentes constitucionales argentinos". Colección Fin del Milenio. J A Roca, -Primera presidencia-, página web "País global"
http://www.pais-global.com.ar/html/argentina/presidencias/presi06.htm)


Las normas puestas en vigencia, estaban marcadas por un sesgo centralizador hacia el Estado Nacional, siendo de carácter laicisista, desplazando el rol de la iglesia católica en cuanto agente principal del proceso educativo, hasta el momento.
Conviene aclarar que el gobierno de JA Roca, se caracterizó por un tendencia general a fortalecer un Estado centralizado a través de la creación de organismos que unificaban legislaciones en todo el territorio. Realizó su política, sintetizada en dos palabras: paz y administración.
La necesidad de alcanzar un orden y un progreso económico, debía dejar atrás el fantasma de la fragmentación de los estados provinciales, creando instancias no solo simbólicas, sino concretas y materiales, para la verdadera unificación del país. Dicho gobierno, desarrollaba un verdadero progreso jurídico con la sanción de distintos códigos como: ley del matrimonio civil, los códigos penal, comercial, de minería, y de procedimientos en materia criminal.
La creación de una conciencia nacional se tornaba prioritaria en una época en que llegaban miles de inmigrantes, y la sociedad estaba compuesta por importantes grupos rurales analfabetos, y asechada por la "barbarie aborigen".
En lo referido a las universidades, en 1885 se sanciona la denominada "ley Avellaneda", que otorga gobierno propio a la Universidad de Buenos Aires, y a la Universidad Nacional de Córdoba, sumándose posteriormente otras universidades como la de La Plata y Tucumán, ambas provinciales desde su creación.
Estos cambios, si bien son importantes, marcando una tendencia hacia la autonomía, no serían tan trascendentes como los que produciría la llamada "Reforma Universitaria", en 1918, durante el gobierno radical de Yrigoyen.
Iniciada en la Universidad de Córdoba, la más tradicional del país, como un movimiento de protesta, los estudiantes lanzaron un Manifiesto donde exigían: revisar los planes de estudio, renovar sus métodos, jerarquizarse culturalmente y enrolarse en las inquietudes progresistas del quehacer contemporáneo. Movimientos similares a los de Córdoba se produjeron poco después en Uruguay, Chile, Perú, Venezuela, Cuba y México. No se equivocó el texto del Manifiesto de la Reforma Universitaria al decir: "Estamos viviendo un ahora americana (...), adoptando una posición de vanguardia en las luchas de liberación económica y social".
En una comparación de ambos proyectos de país, puede establecerse que la educación siempre cumplió un importante papel en lo referido al progreso social y a la integración, durante toda la historia de argentina.
Como se dijo, durante el Estado liberal, sirvió para lograr la incorporación de un importante número de personas a la categoría de ciudadanos, disminuyendo fuertemente el analfabetismo y contribuyendo a la cohesión nacional y la creación de identidad de país. Durante el peronismo, se acentuó el énfasis en el desarrollo de las escuelas técnicas y de una casa de altos estudios dedicada a la investigación y el desarrollo de la tecnología, para motorizar la industria, objetivo ampliamente cumplido y corroborado con los datos del crecimiento económico paralelo a dicho proyecto, con consecuencias posteriores en el periodo "desarrollista" de la década del 1960, hasta el golpe de 1976, en donde se aplica un nuevo modelo basado en el achicamiento de la capacidad industrial y se fomenta la ampliación del sistema financiero en detrimento de la industria nacional.
La apuesta a la educación como pilar del desarrollo, siempre evidenció resultados positivos, en uno y otro modelo, marcando descensos marcados en los niveles de analfabetismo y promoviendo la inclusión social y el desarrollo económico del país.

Comentarios

Entradas populares