25 de mayo

La revolución y Mariano Moreno

Para esta fecha, hace 197 años, Buenos Aires se sacudía por fuertes cambios.Luego de varios días de convulsiones políticas, desde el cabildo surgía una nueva dirigencia dominada por criollos, era el germen de un nuevo país.

Faltaba mucho aún para imaginarse a la Argentina como una nación soberana.
Faltaba un largo camino de luchas y desencuentros a lo largo de décadas.
En esa primera junta de gobierno, se destacaba un joven de gran temperamento e ideas verdaderamente revolucionarias, que en los renglones de nuestra historia, siempre estuvo relegado, casi obligado al olvido, su nombre, era Mariano Moreno.

Odiado por las clases acomodadas y la elite política de aquel entonces, su protagonismo comenzó el 25 de mayo de 1810, cuando asumió la Secretaría de Guerra y Gobierno de la Primera Junta.

Desde allí participó en la creación de la Biblioteca Pública, fomentó la educación y creó la jubilación para los docentes.Promovió la impresión de un libro de texto con las nuevas ideas surgidas en la Revolución de Mayo, encargando al cabildo, repartirlo gratuitamente a los niños pobres de todas las escuelas y obligar a los hijos de padres pudientes, a que lo compren en la imprenta.
El 7 de junio, fundó el órgano oficial del gobierno revolucionario “La Gazeta de Buenos Aires” donde escribió:

“El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes [...] No debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal”.

Moreno se convertía en impulsor de le educación y la libertad de expresión, herramientas indispensables en manos del pueblo, para controlar a sus gobernantes en aquellos tiempos y, no lo olvidemos, también en estos.

“Si los pueblos no se ilustran, […] si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y, después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía”, decía.

Pocos valientes quedaron cerca de su grupo, después de estas acciones y sus propuestas para derogar todo tipo de privilegios de los gobernantes.La Junta continuamente lo aislaba, temía por sus ideas demasiado innovadoras.
En marzo del siguiente año, sería encomendado a un viaje diplomático a Inglaterra, y se embarcó hacia allí para cumplir esa misión.
Sus enemigos políticos encontraban la forma de desplazarlo, intentando aplacar su voz de cambio, a la distancia.
Moreno enfermó misteriosamente en ese forzado viaje, y murió en el trayecto.
Su cuerpo fue arrojado al mar, como una trágica premonición de nuestra historia que empezaba a escribirse. Sin embargo, su figura vuelve hoy como ejemplo, con forma de dignidad, con un nuevo rostro que lo rescata y lo reconoce para nuestra historia.
Mariano Moreno, fue una valiosa pieza para el cambio de aquella época, y nos despierta hoy, con sus palabras eternas:

“viva la patria, aunque yo perezca”! , fue lo último que dijo en aquel barco.

“viva la patria, aunque tanto nos quede por recuperar”! serían hoy las nuestras, entre tantos olvidos, tantas traiciones y tantas nuevas ilusiones de conseguir una Argentina libre y soberana!

Viva la revolución de mayo! Viva la patria.

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